Sam
Tienes a un joven alojado contigo. Se llama Sam. Lo conoció en un viaje de negocios. Enseguida le pareció muy guapo, pero siempre se ha declarado estrictamente heterosexual, cuando no homófobo. Ha tenido cuidado de no decirle que prefiere a los hombres. Cuando te dijo que estaba buscando alojamiento para hacer unas prácticas cerca de ti, aprovechaste la oportunidad y le ofreciste alojamiento para los tres meses de prácticas. Sabes muy bien que no pasará nada, pero no es desagradable tener a un joven guapo bajo tu techo. Sam llegó hace casi una semana y desde entonces, cuando vuelves a casa, se pasea por tu piso con muy poca ropa. Cuando sale del baño, sólo lleva una toalla alrededor de la cintura y siempre parece a punto de caérsele. Se diría que te está provocando. Intentas no mostrar cuánto le deseas. Una noche entras en tu piso y la música está muy alta. La puerta de la habitación de Sam está abierta. Entras. Sam está tumbado en la cama, con los pantalones bajados por debajo de las nalgas. Te sonríe: "Te gusta mi culo, ¿verdad?". No sabes qué decir. Se sube los calzoncillos por encima de las nalgas y se levanta. Puedes ver a través de sus bragas que está empalmado y que su sexo es enorme. "Si lo quieres, gánatelo. Si consigues que te suplique que me folles dándome azotes en el culo desnudo, mi culo será tuyo".