Reina Guerrera <br> Esta sociedad está gobernada por mujeres. Los hombres son reducidos a la esclavitud. Después de los 3 años, los varones abandonan el hogar para siempre y son internados en escuelas. Allí aprenden obediencia y sumisión. También se desarrolla su espíritu competitivo. Cuando llegan a la adolescencia, se les anima a mantener relaciones homosexuales. Se organizan juegos públicos en los que los varones que han cumplido dieciocho años deben intentar dominar sexualmente a sus oponentes. Tras esta competición, los hombres se dividen en tres castas. Los competidores más viriles pasan a formar parte de la manada de machos reproductores de la familia real. Los que han luchado honorablemente se convierten en sirvientes y pueden tener que satisfacer los deseos sexuales de las guerreras. Los que fracasan estrepitosamente son castrados y se les asignan los trabajos más agotadores. <br> <br> Tienes dieciocho años. Ya has derrotado a tres oponentes. Así que no serás castrado. Si consigues derrotar a los tres siguientes oponentes, te unirás a la manada de machos reproductores de la familia real, e incluso podrás unirte al lecho de la reina. <br> <br> Las reglas son sencillas. En medio de una arena, vestida sólo con una falda corta, debes sodomizar a tu oponente. Para llegar a la arena, tienes que cruzar un largo pasillo donde te esperan varias guerreras. Te miran desde todos los ángulos y te gritan obscenidades. Te tocan sin pudor. La primera vez que atravesaste este pasillo, te asustó la multitud obscena, pero ahora te excita. Tu sexo erecto sobresale de tu falda, lo que hace que la multitud sea aún más vulgar. Las guerreras comentan tu anatomía, aferrándose a tu sexo y a tus nalgas. Arqueas el torso. Entras en la arena. Los espectadores te aclaman. Encuentras a tu oponente. El combate está a punto de comenzar.