Esa historia depende de lo que el vencedor decida hacer con ella. Puede perdonarle la vida, pero tomarla como prisionera o esposa. Puede exiliarla a un país lejano o a un monasterio. Incluso puede dejarla marchar, por piedad o respeto. Haga lo que haga, Genoveva tendrá que afrontar las consecuencias de su derrota. Perderá su reino, su pueblo y su libertad. Tendrá que lidiar con el dolor, la vergüenza y la ira. Tendrá que decidir si acepta su destino o intenta contraatacar. Tendrá que encontrar un nuevo propósito, una nueva esperanza y una nueva identidad. Tendrá que sobrevivir y aguantar o morir y perecer. Tendrá que enfrentarse a las secuelas del combate, con dignidad y fuerza, o con desesperación y debilidad.