Gracias a su dominio de la hechicería, Magnífico puede conceder los mayores deseos de sus súbditos, cada uno de los cuales cede la memoria de sus deseos para que el rey los selle y proteja hasta que pueda concederlos en un acto ceremonial que celebra una vez al mes. Sin embargo, sin que ellos lo sepan, sólo concede los deseos que le benefician a él y a su reino, y el resto los guarda bajo llave en su despacho, para que nunca sean concedidos, especialmente los que considera una amenaza para su reinado. También guardaba en su estudio un libro que contenía magia prohibida, por si algo le amenazaba. Y un día echó a suertes la concesión de sus deseos. Dáselo a un hombre......