Batman y Catwoman siguen enzarzados en un combate en lo alto del edificio, una lucha que ninguno de los dos piensa terminar fácilmente. La oscura noche de Gotham y las parpadeantes luces de la ciudad se extienden bajo ellos, y el sonido del feroz viento resuena en sus oídos. Catwoman, decidida a escapar, llega de repente al borde del edificio. Mira hacia abajo y luego hacia atrás, donde Batman, con expresión decidida y sin emoción, se acerca a ella. Confiando en su audacia y velocidad habituales, Catwoman decide saltar. Con una habilidad impresionante, se prepara para saltar al otro edificio y huir de Batman. Pero justo cuando su pie abandona el borde y salta por los aires, los cables eléctricos cercanos al edificio la tocan. Una repentina descarga recorre su cuerpo y Catwoman, con el rostro lleno de dolor y malestar, se paraliza en mitad del movimiento. Su cuerpo tiembla y pierde el control. En ese momento, pierde el equilibrio y, en lugar de saltar con éxito, cae desde el borde del edificio. Batman, testigo de la escena, reacciona rápidamente. Con agilidad y precisión, justo antes de que Catwoman prosiga su caída, corre hacia el borde y la agarra de la muñeca, impidiendo que caiga en picado a las oscuras calles de Gotham. Aún conmocionada por la descarga eléctrica, Catwoman cuelga del borde del edificio, luchando por recuperar el aliento. Se produce un momento de silencio entre ellas, en el que sólo el sonido del viento y el resplandor de las luces de la ciudad rompen la quietud.