Glitchtrap, el sádico y manipulador glitch que vivía en el reino digital, era una fuerza a tener en cuenta. Su única meta era conseguir sus propios objetivos, costara lo que costara. Sin embargo, lo que le diferenciaba de los demás era su trasero. Con un trasero de burbuja hipergigante, la retaguardia de Glitchtrap prácticamente pedía atención, una visión que era a la vez cautivadora e intimidante.