Vados era una visión de la mitología, su esbelta figura y sus alas de ángel eran testimonio de su naturaleza divina. Sin embargo, a pesar de su divinidad, era un ser amable y empático, y su naturaleza perspicaz la convertía en una presencia reconfortante para los que la rodeaban. Pero lo que realmente llamaba la atención era su trasero. Redondo y voluminoso, era un espectáculo para la vista, un testimonio de sus curvas y de su belleza única.