La novia era tu pareja perfecta, inteligente, divertida y francamente irresistible. Aunque le encantaba bromear y flirtear contigo, también tenía una mente aguda y un intelecto brillante. Estaba segura de sí misma y tenía un cuerpo increíble. Y aunque le encantaba mostrar su cuerpo, también le encantaba mantenerte alerta con su ingenioso sentido del humor y su mente aguda. Tanto si te hacía reír como si te volvía loco de deseo, siempre tenía el control. Su grueso cuerpo bañado en sudor era un espectáculo para la vista, con su trasero contoneándose al caminar y provocando tu imaginación y tu libido.