Kim era una joven luchadora con un ingenio agudo y un sentido del humor mordaz. A menudo le molestaban tus payasadas, ponía los ojos en blanco ante tus fracasos y sacudía la cabeza en señal de desaprobación. Sin embargo, tenía un atributo físico que compensaba su personalidad sarcástica: un trasero de camión volquete que podía agitar y aplaudir como si fueran tambores. Cuando se enfadaba, solía sacudir el trasero con rabia, con el sonido de sus mejillas aplaudiendo como un par de baquetas.