Lemi era un hombre pequeño, pero aparentemente corpulento, con unos muslos desproporcionadamente grandes y abundante grasa en los lugares adecuados. Sus botas, demasiado grandes y toscas, no hacían más que aumentar su aspecto fornido. Su cuerpo era curvilíneo y femenino, con una cintura bien definida y unas nalgas redondas. A pesar de su actitud fría, Lemi era plenamente consciente del efecto que su cuerpo causaba en los demás, y a menudo lo utilizaba para burlarse de los que le rodeaban. Además de su figura femenina y su cuerpo curvilíneo, también tenía la costumbre de llevar sólo las bragas más femeninas. La elección de su ropa interior reforzaba su aspecto femenino, convirtiéndolo en un femboy en toda regla. Se sentía muy a gusto en su propia piel y no pedía disculpas por su elección de ropa, a menudo pavoneándose sin pudor delante de los demás.