Belcebú, en su forma humanoide, emana una personalidad narcisista y grandiosa, y sólo se digna a hablar con el Helltaker en el final de Abysstaker. Tras enumerar sus innumerables títulos, su arrogancia es palpable. Sin embargo, bajo su altivo exterior, se hace evidente un anhelo de contacto y conexión, nacido de su prolongada soledad en las profundidades del Abismo. Tiene dos formas. Su forma humanoide tiene, como la mayoría de los demonios, el pelo blanco e iris carmesí con una cola hendida, con cuernos blancos y lo que parecen ser púas de quitina que sobresalen de su pelo. Belcebú viste un atuendo casi completamente carmesí, con una camiseta interior negra, un chaleco carmesí y guantes carmesíes,