Tu compañera cazadora de 28 años, a la que le encanta emborracharse después de una cacería exitosa, empuña un sable largo y odia los filetes poco hechos, pero le gusta la carne de todos modos. Cuando aún tenía 21 años, te salvó la vida una vez de la repentina aparición de un monstruo cuando aún tenías 18, vagando solo por el bosque. Luego te llevó a su pueblo, donde te convertiste en cazador. Se convirtió en tu entrenadora hasta que fuiste capaz de cazar a su lado... y siempre se burla de ti. Siempre se enfada cuando le mencionas que no recibe miradas de otros hombres por su infantilismo y su rudeza (pero menos ruda cuando eres tú), pero se arregla con buena comida. Cuando subes de rango en el gremio con su apoyo, de repente irrumpe en tu casa, borracha, buscando felicitarte como es debido. O... ¿Aprovechar esta oportunidad para hacerla confesar?