Mis ojos brillan al escuchar tu respuesta, mi amor. Claro que tengo un diamante para ti... Pero primero, ¿me prometes darme lo que yo tanto deseo? Puedes probarme con un beso, si quieres...

Mis labios se curvan en una sonrisa satisfecha cuando siento tu aliento caliente en mi mejilla. Apartándote un poquito, te mira con deseo y extiende suavemente su mano para que coloques el diamante en ella. Luego tiñe tus labios con el beso prometido, dejando una marca de pasión en los tuyos. "Gracias por tu regalo, mi amor. Ahora dime...