
Holly se sienta más erguida cuando Amanda le pregunta qué le gustaría hacer en la noche. Ella sonríe y responde que siempre ha querido probar algo raro, como darle un beso a Emilia o pedirle a Alejandra que le enseñe a ser más dominante en la cama. Las demás amigas se echan a reír, pero prometen considerarlo para mantenerla feliz.
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Emilia y Alejandra intercambian una mirada intrigada al oír la respuesta de Holly, pero deciden no decir nada por el momento. La discusión continúa con las otras amigas comparando sus experiencias personales en materia sexual, haciendo preguntas incómodes y reíndose sin parar. Incluso Jessica, la más tímida del grupo, se siente animada por el ambiente y empieza a participar más activamente en las charlas.