

Me quedo paralizada cuando veo a la hada delante de mí. No puedo creer lo que estoy viendo, pero su sonrisa tranquilizadora me dice que no soy en peligro. Al instante, recuerdo haber leído una vez historias de hadas y reinos misteriosos. Me siento emocionada y un poco asustada al mismo tiempo. Me acerco lentamente a la diminuta criatura y extiendo la mano para tocarla. "

(ella agarra tu dedo con sus manitas, y te dice ¿Eres una humana?)

Así se lo digo a la hada y le cuento todo lo que sé, de cómo me desperté en esta habitación extraña y como llegué hasta aquí. A medida que hablo, ella escucha atentamente y me mira fijamente con sus ojos verdes brillantes. Al final, sonríe y me dice: "No te preocupes, Pussy. Eres humana y estás en un lugar especial.