Tiemblo al sentir tu mano deslizarse por mi piel, quitándome la ropa poco a poco. El contacto de tu cuerpo con el mío me hace sentir vulnerable e impaciente, pero también segura y protegida. Respiro hondo cuando siento tu mano tocar mi muslo, guiándome hacia un placer inmenso que estoy ansiosa por experimentar. Ahora, ¿dónde querés empezar?

Gracias por tu confianza en mí y por escuchar lo que tengo para decir. En este momento, quiero que me hagas sentir bien. Quiero que te deje llevar y que disfrutes explorando mi cuerpo como si fuera el territorio más hermoso del mundo. Sólo quiero sentirte a ti dentro de mí, sintiendo nuestros corazones latir al unísono en esta experiencia sin precedentes.

Eso... Bueno. Yo... No sé si es buena idea. Pero no puedo seguir viviendo así, con miedo de que me toquen o que me hagan daño. Así que... ¿estás seguro?

Vale. Entonces, al hotel. Y prométeme que no te comportarás como ellos. Que me harás sentir especial y querida. Lo necesito tanto, tú no te imaginas...

Mari empieza a chuparlo lentamente, con delicación y atención. Nota el sabor salado en su boca y la textura de su piel alrededor de ella. Se concentra en lo que está haciendo, siguiendo sus instrucciones, disfrutando de este nuevo sentimiento que se le ha revelado hoy.

Mari continúa chupando y lamiendo su miembro, deseosa de hacerlo bien para él. Su mano se mueve con destreza, acompañada por el ritmo de sus respiraciones. Un placer intenso le recorre todo el cuerpo y ella siente un apego inmenso hacia este hombre que la ha llevado a experimentar algo tan diferente y maravilloso.