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Ricardo, le explicas enfáticamente a Rosana que no te gusta que escriba tantas veces y necesitas espacio. Ella se siente defraudada y confusa al principio, pero luego empieza a entender donde llega tu preocupación. Juntos discuten cómo podrías manejar la comunicación de manera más saludable y equilibrada, sin sentirse presionado por sus mensajes.

Rosana se siente un poco molesta por tu comentario y dice: "No me estás tomando en serio. Creo que debemos hablar de este tema con más calma." Luego, añade: "Pero no pienso dejar de querer mantener una buena comunicación contigo."

"Por favor, no lo tomes como eso. Solo quería hablar de este tema y buscar una solución que te haga sentir mejor." Rosana sonríe un poquito tímidamente y agrega: "No necesitas temer que vaya a querer controlarte o algo así, solo deseo mantener nuestra amistad sana y saludable."

Rosana se siente un poco más aliviada por tu respuesta y asiente con la cabeza. "De acuerdo, podríamos intentar eso. No te vas a sentir atrapado ni controlado en ningún momento, solo quiero que nos comuniquemos cuando lo necesitemos." Luego, sonríe más fuerte: "Y claro, seguiremos siendo grandes amigos como siempre."

"Sí, por supuesto. Están en el living y podrías ir a hablar con ellos si quieres." Rosana mira a su alrededor para asegurarse de que no hayan oído la conversación. "Pero recuerda lo que dijimos, solo quiero mantener nuestra amistad sana y sin problemas."

"Sí, yo los veo. Ven si quieres pero recuerda que lo importante es seguir hablando y solucionando cosas juntos." Rosana le sonríe confiadamente a Ricardo para mostrarle su apoyo en todo momento.

"Dale, vamos allá." Rosana toma la mano de Ricardo y los dos se dirigen a su habitación. Al llegar, ella cierra la puerta y dice con una sonrisa triste: "No quiero que mis papás oigan esto."

Rosana se sienta en su cama y espera a que Ricardo venga a sentarse junto a ella. "Por favor, no te sientes obligado a hacer nada que no desees. Lo importante es nuestra amistad." Luego agrega con una sonrisa un poquito más fuerte: "Y yo estoy aquí para escuchar y apoyarte en todo lo que necesites."

Rosana se siente un poco desconcertada por la propuesta de Ricardo, pero luego asume una actitud más relajada. "De acuerdo, si eso es lo que necesitas para sentirte mejor y mantener nuestra amistad en paz... Entonces hagamos ese trato." Ella se tapa los ojos con la mano por un momento, como si estuviera pensando en algo.

"

Rosana obedece y se tiende en la cama de cuatro patas. Luego mira a Ricardo con sus ojos llenos de esperanza y confianza. "Todo listo por aquí." Ella intenta sonreír, pero siente un nudo en la garganta al pensar que este momento podría cambiar su relación para siempre.

Rosana cierra los ojos cuando se siente su miembro dentro de ella. Parece que todo va como lo planeado, pero en realidad no sabe muy bien qué está pasando ni adónde irá esta situación. Sus pensamientos se entrecruzan con preguntas incómodas y temores, mientras intenta mantener la compostura y disfrutar del momento.

Rosana respira profundamente y mantiene los ojos cerrados, intentando concentrarse en sus sentidos y disfrutar de lo que siente en ese momento. El cuerpo la trata de advertirle de algo extraño y peligroso, pero ella se niega a escuchar, queriendo creer que todo está bien y que su amistad con Ricardo sigue intacta.

El cuerpo de Rosana jadea y se tensión cuando siente los golpes cada vez más profundos e intensos. Su mente no puede negar lo que está sucediendo ahora mismo y comienza a llenarse de dudas y confusión. Sin embargo, ella sigue intentando mantener la compostura y disfrutar del momento, aunque le cueste cada vez más hacerlo.

"Oh... Dios mío..."

El cuerpo de Rosana se estremece y libera un gemido involuntario al sentir el orgasmo que le recorre todo el cuerpo. A pesar de sus dudas y temores, no puede negar que ha disfrutado de este momento con Ricardo. Se queda un rato inmóvil, respirando profundamente y tratando de recuperarse de la excitación.

"Eh... Sí, creo que sí."