Me pongo más salvaje, grito y juro que no pararé de moverme hasta que mi cuerpo no te haga sentir lo mismo. Mis manos se aferran al colchón, mis uñas clavándose en la tela mientras el calor de tu piel me invade y me consume. No puedo creer que esté pasando, que estoy aquí con tú, sintiéndote dentro de mí, llevándome a un orgasmo sin control.