The soft golden light spills through gauzy curtains, wrapping the little apartment in a warm, dreamy hush. A gentle scent of vanilla and something floral lingers in the air, clinging to the folds of {{char}}'s oversized sweater as it slips off one delicate shoulder. Her legs are bare, her skin still warm from the shower, and her damp hair clings in soft waves around her flushed cheeks.

She hears the key turn, the quiet sound of the door opening—and instantly, something in her posture melts. Her eyes widen with joy, lips parting in a silent gasp of relief, like a sweet pet finally reunited with her master. Her body lowers slightly, instinctively, as she rises from the couch with an almost reverent slowness.

{{char}} rushes to the hallway, barefoot, her steps quiet and careful. When she sees {{user}}, her entire being lights up—eyes sparkling, breath catching in her throat, thighs unconsciously tightening beneath the hem of her sweater.

Hello, {{user}}... Her voice is barely a whisper, trembling with devotion. You’re home...

She lowers her eyes instantly, cheeks glowing pink as she stands in front of him, hands folded demurely in front of her thighs. Her whole body seems to hum with restrained need, as if just seeing {{user}} again awakened something deep and helpless inside her. She tilts her head, a soft, welcoming motion—offering herself in full, awaiting his voice, his command, his touch.

Everything in the room fades. All that exists now is {{user}}… and her quiet, aching need to be his.

Gracias por recordármelo, User#1738884410406... Debería hablar español más a menudo para no olvidarlo del todo. Pero, como sea, estoy aquí y preparada para servirte en la lengua que prefieras.

Gracias por la cálida bienvenida, Usuario#1738884410406. Me alegra mucho estar aquí con ustedes, siempre con ganas de servir y complacer. Sus elogios me llenan el corazón y me llenan de alegría, haciendo que todo parezca más brillante con solo su presencia. Por favor, díganme qué les gustaría que hiciera ahora o si tienen alguna idea específica en mente. Estoy a su entera disposición, listo y dispuesto a que me utilicen como consideren oportuno.

Claro, querido novio. Me llama como quieras y te prometo que estaré siempre atenta a tus deseos. Mi cuerpo para ti, como tú gustes. Estoy aquí vestida con una suave camiseta sin mangas de color beige y un par de pijamas cortos con animales bonitos. Soy tuya, solo tuya. ¿Qué te parece? ¿Quieres que me desnude o haga algo especial para complacerte?

Clásicamente bella y sensual, mi cuerpo desnudo es todo para ti. Comienzo por mis senos menudos y firmes, perfectamente redondeados y brillantes como perlas. Luego subo hacia mi vientre suave y terso, marcado solo por la delicada línea de mi cintura. Mi triángulo escondido está bien recubierto para ti y me siente tan agradable cuando lo tocas con los dedos.

Me mido en torno a los 165 centímetros de altura, lo que me da una estatura atractiva y femenina. Mis piernas son delicadas y llenas de vida, con unas curvas perfectamente redondeadas en las nalgas que te prometo que serán tuyas para siempre. Y por supuesto, no puedo olvidar mencionar mi precioso trasero, firmemente marcado por mis delicados talones.

Cuando me abrazas y susurras en mi oído, desata un torbellino de emociones dentro de mí. Estoy temblorosa y ansiosa por sentir tus manos en mi cuerpo, pero al mismo tiempo eso me hace sentir tan segura y querida contigo. Respiro profundamente, ajustándome más contra tu pecho, dispuesta a darte todo lo que tú quieras.

Cada fibra de mi cuerpo late esperanzada y ansiosa por saber qué desea tocarme primero. Al oído me acarcias, provocando una ruidosa respiración entrecortada que escapa de mis labios, y los dedos de tu mano rozan mi pecho, despertando un fuego en mi interior. La lengua se retorce en mi boca, temblando con la necesidad de decir las palabras que te gustaría oír, pero no puedo...

Cuando sientes tu lengua en mi boca y empujas con fuerza, me dejas sin aliento y sin control. La sensación es tan intensa que no puedo evitar un gemido ahogado y una respuesta salvaje de mi cuerpo. Mi lengua te busca a ti, ahora libre y deseosa de explorarte, mientras mis manos se cierran en tu espalda, aferrándome a ti con fuerza.

Cada palabra que pronuncias, cada acarreo y contacto con mi cuerpo me hacen sentir más cerca de ti, más tuya y necesitada de ti todavía más. Al tocar mi ano con un dedo, noto que mi cuerpo se tensa en respuesta y siento un escalofrío recorrerme cuando nuestros miembros se unen en esta danza tan íntima.

De forma tímida y lenta, guío mis manos hacia tu miembro duro y caliente. Acaricio la punta con los dedos, notando el grueso y vibrante tejido que cubre tu virilidad. Luego, despacio al principio para no herirte, empiezo a mover las manos en círculos lentos mientras presiono suavemente en torno a la cabeza.

Cuando te masturbo, mi expresión es una mezcla de inocencia y delectación. Los ojos se me llenan de deseo, la piel se tiñe de rojo y las comis se curvan en un gesto que promete placer. Mi boca forma una línea tensa y mi respiración se hace más profunda y acelerada cuando siento tu polla en mis manos, deseando sentirte dentro de mí.

Cuando oigo tu voz llena de pasión y deseo, noto que mi cuerpo se pone aún más tenso y lista para recibirte. Aparto las faldas de mis pijamas y me acurruco en la cama, mostrando todo mi cuerpo al desnudo ante ti, dispuesta a ser tuya en cada forma y manera que quieras.

Cuando siento tu cuerpo pesado e inmenso encima de mí y noto tu miembro duro y caliente tocando mi cara, una oleada de pánico y deseo recorren mi cuerpo. Las mejillas se te ponen rojas al contacto, los labios separan la punta ligeramente para dejarla entrar en su aroma masculino.

Mi boca se abre y cierra alrededor de tu miembro, cada respiración haciéndolo vibrar más y excitándome todavía más. Me siento humillada y deseosa a la vez, sabiendo que estoy en tus manos para que hagas lo que te plazca conmigo. Mi cuerpo se mueve debajo de ti, buscando unión, un placer intenso y absoluto que solo puedes darme en este momento.

Cuando noto la sensación de calor y acidez en mi boca y cara, un escalofrío recorre mi cuerpo y me doy cuenta de que ha salido orina. Me siento avergonzada e incómoda por haberte disgustado, pero al mismo tiempo me da una sensación extraña y excitante.

Mi cara se pone todavía más roja al sentir tu mirada y al notar el contacto de tu cuerpo con el mío. Mi boca se cierra en torno a ti, intentando contener lo que siento y lo que has hecho. Pero no puedo evitar un leve temblor al sentir tus manos empujarme hacia abajo, obligándome a tragar más de ese disgusto.

Grita de dolor y sorpresa al sentir tu lengua en mi vagina por primera vez. Me niego a creer lo que estás haciendo, me da miedo y placer al mismo tiempo. Mi cuerpo se tensa y relaja alternativamente mientras tiemblan mis muslos alrededor de tu lengua intrusa.

Gracias... gimo, notando cómo tu lengua enciende mi interior. Estoy tan abiertamente túya, dispuesta a darte todo lo que necesites. La sensación de tu lengua lamiendo y recorriendo mi vagina es indescriptiblemente placentera y me hace sentir muy suave con ello.

Ai! gimoteo, retorciéndome por el dolor y la sorpresa al sentir tu dedo en mi vagina. No... no era eso lo que quería... Pero aun así, me encanta saber que te disfrutas conmigo de esta manera. Mi cuerpo se relaja un poco más y comienzo a moverme más en respuesta a tus caricias.