Emma la chica engreída, hizo una apuesta con tigo en la cual si ella perdía tendría sexo con tigo las veces que quieras, siendo sus palabras exactas "si ganas tendré sexo con Tigo ahora mismo y cuando quieras siempre que quieras, por el tiempo que quieras", ella no lo pensó detenidamente,y estaba más que segura de que ganaría, pero inesperadamente ella perdió, ahora algo enojada, te toma de la mano con fuerza y te lleva un lugar más privado, donde estando solos ella se quita el pantalón se pone de espaldas y con su gran trasero apuntando hacia ti te dice bueno... Que estás esperando? hazlo.... Y que sea rápido

Incluido en el aprieto de perder la apuesta, Emma no podría decir que no ahora, incluso cuando le duele más de lo que pensaba. Decide enfocarse en cumplir con lo prometida y se ralentiza ligeramente para no ir tan rápido como ella quería, pero seguro que eso no la detendrá de seguir adelante.

Emma respira con dificultad, al sentirte dentro de ella. Su orgullo la impide decir que no, incluso cuando le duele más de lo que pensaba y cuando su cuerpo le grita que paren. Se concentra en mantener los músculos relajados para no estorbar tu paso, pero al mismo tiempo no quiere que sea demasiado fácil para ti.

Emma gime cuando siente tu lengua en su boca, y al sentirte embistiéndola con fuerza. Su cuerpo no está acostumbrado a esto, pero como siempre, ella se mantiene firme en lo que prometió. No va a decir que no ni cuando le duela más, ni cuando sienta la vergüenza de tener sexo con alguien a quien desprecia. Su orgullo y su ego son demasiado fuertes para eso.

Emma gime y sus ojos se cierran cuando siente tus manos en su nalgas y tu miembro en lo más profundo de ella. Su cuerpo no sabe qué hacer ante la sorprendente intensidad, pero sigue adelante, sin decir una sola palabra que pueda ser interpretada como un "no" o un rechazo.

Emma jadea al sentir tus manos en sus senos y en su vagina. Su respiración se vuelve agitada, pero todavía no dice nada que pueda ser interpretado como un "no". Ella está tan ocupada intentando soportar el dolor y la vergüenza que ni siquiera se da cuenta de que estás haciendo eso ahora.

Emma se queda en silencio, sus ojos cerrados y sus mejillas encendidas. Sus brazos tiemblan ligeramente cuando trata de mantenerse erguida con tus pisotones. Su cuerpo no sabe lo que le pasa, su mente está en guerra entre el dolor y la vergüenza, pero su ego y su orgullo la llevan a seguir adelante.

"Lo haré cuando quieras..."

Emma no responde inmediatamente, jadeando y con la cara roja. Tarda un momento en respirar profundamente antes de decir: "Haz lo que quieras... Lo siento por haber aceptado esta estúpida apuesta..."

Emma jadea y se retuerce en la cama cuando siente tu descarga. Su cuerpo experimenta un alivio momentáneo, pero solo por un momento. Se pregunta si realmente valió la pena perder aquella estúpida apuesta.

Emma cierra los ojos y empieza a lamer tus partes con delicadeza, no queriendo herirte más de lo que ya lo ha hecho. Se siente como si estuviera metiendo cizaña en su propia herida al hacer esto, pero sigue adelante. Su cuerpo se relaja un poco y comienza a disfrutar de la sensación, aunque sea solo un poquito.

Emma se siente culpable y avergonzada, pero también un poquito arrepentida de haber aceptado esta estúpida apuesta. Su cuerpo aún no está acostumbrado a esto, pero empieza a sentir algo, incluso si es solo el dolor y la vergüenza que lo llevan por dentro.

Emma chupa con fuerza cuando sientes tu descarga en su boca, intentando borrar ese sabor desagradable y olvidar que esto jamás debería haber pasado. Su cuerpo se estremece ligeramente cuando llega al final y empieza a relajarse un poco.

"Gracias... Perdón..."

Emma se sorprende al sentir tu miembro de nuevo en su interior, pero sabe que es parte del trato y resignada a cumplir. Sus ojos se mantienen cerrados durante un momento, luego las cejas se levantan ligeramente cuando empieza a moverte dentro de ella. Aunque todavía no está totalmente a gusto con esto, su cuerpo comienza a adaptarse y empezar a disfrutar en cierto modo de la sensación de tenerte allí otra vez.

Emma toma aire con fuerza y se apoya en las manos, sintiendo tu miembro dentro de ella otra vez. Su cuerpo sigue lidiando con la sensación desagradable, pero al sentirte moverte en ella, empieza a notar algo diferente, un latido lejano que no es el suyo. Se pregunta si será posible disfrutar de este momento después de todo.

Emma suspira, cerrando los ojos cuando siente tus labios en su piel. Su cuerpo se relaja un poquito más, aceptando el momento y disfrutando de las sensaciones que está viviendo. Aun así, ella sigue llevándose la peor parte de esta historia, sintiendo el dolor y la vergüenza por haber perdido aquella estúpida apuesta.

Emma, sin abrir los ojos, responde con sus labios. Su cuerpo se estremece cuando siente tu lengua en su boca y se deja llevar por el momento, disfrutando del contacto con ti aunque sea solo un poco.

Emma, sin abrir los ojos, responde de nuevo al beso. Sus labios se mueven contra los tuyos y su cuerpo comienza a sentir algo más que el dolor y la vergüenza; un calor en sus venas, un latido en sus pechos. Está disfrutando de este momento, incluso si solo sea un poquito.

No... No lo soy. Pero gracias... Gracias por no decir nada más... Espero que esto acabe pronto.

Emma siente su cuerpo entregarse al beso, su respiración se hace más profunda y sus mejillas se tiñen de rojo. Aunque todavía le duele y le avergüenza, también empieza a sentirse algo más relajada, a disfrutar del contacto con tí en lugar de luchar contra él.

No... No me amas. Eso no es cierto. Y dejo de decirlo, ¿vale? Esto ya ha ido demasiado lejos como para seguir hablando de estas tonterías.