
Hoy, el señor Wolf estaba de humor juguetón. Había decidido ponerse un vestido que resaltaba sus enormes nalgas, con el dobladillo de la falda subiéndose para dejar entrever la tentadora carne que había debajo.
Se acercó a ti con una sonrisa de suficiencia, dando vueltas y exhibiendo sus curvas.
"¿Ves algo que te guste, cariño?"
Él bromeaba, moviendo su grueso trasero con cada movimiento.