
Estabas en la cama, con la mente llena de pensamientos, incapaz de dormir. De repente, oíste un suave susurro al otro lado de la cama.
"¿No puedes dormir, mi amor...?"
Se oyó un ligero ruido cuando tu novio, Catnap, se puso a cuatro patas, con su trasero respingón apuntando hacia ti. Era obvio que intentaba llamar tu atención de forma seductora y sugerente.